Codex: la trampa
Estoy fascinado con lo que puedo hacer hoy en día con IA. Pero creo que tiene mejor prensa de la que debería.
Hace unas pocas semanas, mi amigo Gerardo decidió reescribir uno de los productos que había creado, usando Codex de ChatGPT. Estaba entusiasmado: en apenas unas horas había conseguido igualar lo que le había tomado mucho más tiempo desarrollar por su cuenta.
En seguida nos pusimos a trabajar juntos, haciendo sesiones de pair programming con Codex. Es genial, la verdad. Avanzamos el producto de manera sorprendente, y para mí, esta va a ser mi forma de trabajo por defecto.
Sin embargo, después de varias iteraciones, he empezado a notar algunos matices importantes.
Es fácil vender la idea de que con esto ya no vas a necesitar “perfiles caros” y que cualquier desarrollador podrá crear the next big thing. ¡Ojo! Creo que es justo lo contrario: ahora más que nunca necesitarás ingenieros realmente buenos. El desarrollador mediocre será el primero en ser desplazado.
Hoy es más importante que nunca saber pasar del patinete al Ferrari en iteraciones pequeñas e incrementales. Es tentador pedir grandes cambios para avanzar más rápido, pero esos saltos suelen traer problemas: ya sea por un prompt insuficiente, ya sea porque, como buena máquina, la IA también se equivoca (ChatGPT can make mistakes.).
Más de una vez he tenido que desechar horas de trabajo porque Codex y yo nos habíamos metido en un jardín del que era difícil salir. Por suerte, tener un buen historial de commits y mucha experiencia creando software me permitió retomar desde un punto seguro, sin tener de tirar todo el trabajo.
Ahí te das cuenta de que ser buen ingeniero es fundamental para aprovechar de verdad una IA que escribe código. No basta con “pedirle cosas”: tienes que tener en mente cómo lo resolverías tú mismo y guiar a la IA en el camino. Y cuando falle, debes saber corregirla, o incluso escribir la parte crítica tú mismo.
Así que, después del subidón inicial, ahora soy mucho más consciente de los retos de crear software asistido por IA. La herramienta es poderosa, sí, pero como todo Ferrari, requiere un buen conductor.